No obtuvo su milagro de octubre
- Umbrales
- 24 abr 2018
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Actualizado: 2 may 2018
El cuadro Junior de Barranquilla dejó sin esperanzas de clasificar a octavos de final de la Copa Libertadores a la escuadra blanquiazul.
Ensimismados y entristecidos, como entender lo que había sucedido. Un ambiente desagradable, pues la angustia y la esperanza, dos formas de ver los 90 minutos dentro del campo, acabo dejando un sin sabor de no haber logrado nada. Una vez más Alianza Lima no trascendió en su juego y el deseo de ganar una Copa Libertadores desecha.
No existía margen de error para esta oportunidad, el equipo adversario llegaba en peores condiciones. El conjunto colombiano Junior de Barranquilla no había logrado victoria alguna en sus dos contiendas anteriores, en cambio, los potrillos habían robado un punto a Boca Juniors, un solo punto más de diferencia que el cuadro colombiano, un punto que pretendía demostrar una intangible superioridad de caracteres y argumentos futbolísticos por lo antes logrado.
A pocos minutos de iniciar el partido, las gradas de la tribuna sur del estadio Alejandro Villanueva comenzaban a tener más hinchas del Comando Sur, que esperaban con total fervor el milagrito en abril, como si fuera el mes morado. Ya todo listo para comenzar la contienda, cada equipo presentó sus mejores armas, colectivas e individuales, con el fin de llevarse tan ansiosa victoria, que podría darles vida o solo dejarlos al borde de la muerte sin opción alguna para pasar a la siguiente fase.
El pitazo inicial del árbitro Roddy Zambrano aceleró los corazones azules, que entre cánticos comenzaron a alentar el equipo local. El partido estaba para cualquiera de las dos escuadras; cual partida de ajedrez, ver quien primero logra poner en jaque a su contrincante. Ya pasados solo 5 minutos del encuentro, el equipo foráneo está demostrando su superioridad, tanto que podría vaticinar, lo que sucedería en el campo.
Y es así, como se confirmó lo que la mayoría pensaba, el primer batacazo lo dio el equipo visitante, apenas a los 10 minutos de juego, a través de su atacante Yimmi Chará, que con un certero cabezazo caló el balón entre los dos defensores centrales grones, permitiendo el primer grito de gol en el partido y enmudeciendo hasta al más esperanzado hincha.
La escuadra blanquiazul no encontraba respuesta para la temprana caída de su valla. El ritmo de su juego cada vez era más pobre, frente al magistral desempeño del cuadro barranquillero. Así se desarrolló el encuentro hasta llegar al pitazo del intermedio, momento donde la escuadra blanquiazul busco una motivación y una solución para mejorar la situación ante su desempeño mostrado en el campo.
Comenzó el segundo tiempo y el equipo local salió con mucho empeño en búsqueda de darle vuelta al marcador en contra que los dejaba en coma, como para seguir afrontando la copa. Comenzaron los pelotazos al área para que su atacante Leyes pueda filtrar un cabezazo en las redes o sino que en algún rebote el escurridizo Hohberg pueda penetrar y así lograr la hazaña de gol.
Y no es hasta el minuto 83 que el partido sería sentenciado. El jugador Jonathan Álvez, irrumpió la defensiva y tras un pase entre líneas quedó solo frente al arco que protegía el canterano grone Ángelo Campos, un disparo sorpresivo y suave paso por el lado derecho del arquero que salió a achicar las jugada, sin embargo, el segundo grito de gol quedó enmarcado.
El partido a escasos minutos del fin, con la escuadra blanquiazul y sus ganas liquidadas, no tenía más que decir. Así acabó el encuentro, las gradas se fueron vaciando conforme transcurrían los minutos restantes y con la esperanza de tener una noche feliz desbaratada. La fe mueve montañas, su fe no la movió.
-Raúl Figueroa-
Esperanza, inspiración, preparación y talento hay, claramente se debe buscar una unificación para la mejora futbolística dentro del Perú. Lo logrado hasta ahora es gracias al trabajo que era dejado comúnmente, desarrollar y repotenciar a los nuevos valores es lo que se viene haciendo, pero para ello, el seguir una solo linea entre clubes y asociaciones es un trabajo a largo plazo que se debe comenzar a hacer. Hace un par de años era lamentable, ahora al menos existe una ligera ilusión y motivación que el cambio positivo del futbol peruano se puede dar.
Lamentablemente el fútbol peruano está en un momento muy triste ya que no refleja lo que pasa con la selección. Esto no es nuevo ya que arrastra desde hace varios años al no tener una preparación digna en la base de menores y juveniles por qué más traen extranjeros que no triunfan en otras ligas. Esperemos que aquella buena etapa que pasa la selección mayor pueda ser inspiración para los clubes y se trabaje a largo plazo con profesionalismo.